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Songtsen Gampo

Songtsen Gampo (Wylie: Srong-btsan sGam-po) fue el fundador y primer emperador del Imperio tibetano. La fecha de su nacimiento no es exacta, ubicándose en 605 o 617.

Según la tradición tibetana sucedió al rey de Lhasa, Namri Song Tsen en 629. También, es posible que Songtsen Gampo haya sucedido a su padre después de morir en el año 618.

Ya en el trono, realizó un viaje a China y otro a Benarés, para conocer a los sacerdotes hinduistas. Inició la conquista de los principados tibetanos, formando así el Imperio tibetano.

Trasladó su capital de Lhasa a Tengri (hoy Timbu, en Bután) y dirigió una expedición a Tshalukia, reino indio que dominaba el golfo de Bengala. Tomó este reino y el de Benarés e hizo un tratado de paz con los nepalies.

Se casó con la princesa nepalesa, Bhrikuti Devi, en 630. Un año después, contrajo nupcias con la princesa china Wencheng, hija del emperador chino Li Shimin.​ Ambas mujeres eran budistas. Las crónicas tibetanas indican que a Wencheng le incomodaban las costumbres tibetanas.

El legado más importante de su reinado fue el de introducir el budismo en Tíbet y el desarrollo del alfabeto tibetano con ayuda de Padmasambhava.

Song Tsen Gam Po falleció en el año de 649 o 650.4​ Su nieto y sucesor, Mangsong Mangtsen, se encontraba estudiando en China cuando el emperador falleció.

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La bandera del Tíbet

La bandera del Tíbet es un símbolo importante de la cultura tibetana y de la lucha por la independencia del Tíbet. La bandera se compone de un fondo azul oscuro y un sol dorado en el centro, rodeado de un anillo de rayos dorados. En las cuatro esquinas de la bandera hay representaciones de cuatro criaturas míticas que simbolizan la armonía y la felicidad.

La bandera fue diseñada por el 13º Dalai Lama, Thubten Gyatso, en 1912, cuando se proclamó la independencia del Tíbet. El diseño de la bandera se basa en una visión que tuvo el líder religioso y político tibetano mientras meditaba en el Palacio de Potala.

El sol dorado en el centro de la bandera representa la esperanza de que el Tíbet alcance la igualdad con las naciones del mundo, y los rayos simbolizan la energía brillante y positiva que emana del Tíbet. Las criaturas míticas en las esquinas de la bandera representan la unión de las cuatro regiones de Tíbet, y se cree que tienen el poder de ahuyentar el mal y las desgracias.

La bandera del Tíbet es un símbolo importante de la lucha por la independencia del Tíbet y de la identidad cultural tibetana, y es muy utilizada en las manifestaciones y protestas en todo el mundo. Sin embargo, el gobierno chino considera la bandera como un símbolo separatista y ha prohibido su uso en el Tíbet.

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Palacio del Potala

El Palacio de Potala es un palacio emblemático ubicado en Lhasa, la capital del Tíbet. Fue construido en el siglo VII por el rey Songtsen Gampo y reconstruido en el siglo XVII por el quinto Dalai Lama. Es un importante centro religioso y político del budismo tibetano, y es considerado como uno de los edificios más sagrados del Tíbet.

El Palacio de Potala es una estructura imponente que se eleva a 13 pisos y 117 metros de altura, con más de 1.000 habitaciones, 10.000 altares y un laberinto de pasillos y escaleras. El palacio está dividido en dos partes principales: la parte roja, que es la sección de la administración política, y la parte blanca, que es la sección religiosa.

La parte blanca es la más impresionante, con sus salas de oración, capillas y santuarios adornados con murales, estatuas y otros objetos religiosos. Una de las salas más importantes es la Sala de las Grandes Audiencias, que es donde los Dalai Lamas han recibido a dignatarios y líderes políticos de todo el mundo. Otra sala notable es la Sala de los Mil Budas, que es una impresionante galería de estatuas de Buda.

El Palacio de Potala también es famoso por su arquitectura, que combina elementos tibetanos e indios. El palacio cuenta con techos dorados, torres blancas y rojas, y paredes decoradas con diseños intrincados. La vista del palacio desde el exterior es impresionante, especialmente durante la puesta de sol, cuando las luces del palacio se encienden y se reflejan en el agua cercana. En resumen, el Palacio de Potala es uno de los lugares más sagrados e impresionantes del Tíbet. Su arquitectura, arte y religión se combinan para crear un lugar único en el mundo, que atrae a visitantes de todo el mundo cada año.